Agricultura familiar: Curso de actualización en normativas de sanidad animal

EN LA SEDE DEL SENASA

Agricultura familiar: Curso de actualización en normativas de sanidad animal

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El Estado impulsa la mejora de la producción pecuaria destinada al mercado interno.

Buenos Aires, 28 de noviembre de 2017 - El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) realizó un curso de actualización en normativas sanitarias para la agricultura familiar vinculado a la producción animal, al que asistieron extensionistas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

De la Coordinación de Agricultura Familiar del Senasa, Mariana Barros, diseñó el encuentro junto con la Dirección Nacional de Sanidad Animal del Organismo y explicó que “el curso tuvo como objetivo brindar herramientas a los extensionistas del INTA para asesorar al productor y dinamizar todos los procesos que se den en relación al cumplimiento de las normas en el territorio”.

El curso semipresencial, con una instancia virtual de siete semanas y su correspondiente evaluación, tuvo un cierre presencial de dos jornadas de trabajo: una en el INTA Famaillá de Tucumán y otra en el salón del Centro de Documentación e Información del Senasa, ubicado en la Capital Federal.

Con este tipo de encuentros, el Senasa busca capacitar a los agentes estatales que trabajan en el territorio, para acercar al productor familiar al cumplimiento de la normativa sobre producción de agroalimentos inocuos y contribuir al desarrollo del sector.

“Para nosotros es importante trabajar articuladamente con los extensionistas, tanto del INTA como de la Subsecretaría de Agricultura Familiar de la Nación, porque son un nexo fundamental en la relación con los productores familiares, que nos ha permitido generar muchas instancias de trabajo que nos llevan por el camino de la modificación, la adaptación y el cumplimiento normativo”, refirió Barros.

El encuentro se enmarcó en la estrategia de trabajo interinstitucional para la agricultura familiar que realiza el Senasa con otros organismos públicos y asociaciones de productores.

“El desafío es seguir generando experiencias positivas vinculadas con el cumplimiento de las normas vigentes para producir un alimento inocuo”, concluyó Barros.